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Gente en pausa

faltan5faltan5 Anónimo s.XI
editado mayo 2016 en Otros
Comparto esta pequeña historia con Uds. Espero que les guste

Todos conocemos gente en pausa. Todos hemos visto, alguna vez en nuestras vidas, aquella imagen. No es la imagen nítida que vemos hoy en nuestros aparatos de reproducción, sino la imagen entre cuadros que veíamos en nuestros VHS al apretar aquel botón con las dos líneas (II). Esa imagen con “ruidos”, manchas que se presentaban en forma horizontal sobre la imagen borrosa. Los hay en distintas escalas y con distintas condiciones.
Es común ver a viudas o viudos (estos últimos son más propensos según mi estadística personal) entrar en una vida vacía, rutinaria, despojada de emociones, con el solo objeto que el reloj corra y lograr así empardar la condición del ser amado. También es común ver este efecto en personas que han sufrido una tragedia, como si aquellos eventos hubieran levantado una pared delante de sus ojos que no los deja avanzar.
Un día de 1994, en mi escuela se disputaba un encuentro de cestoball. Este deporte es una mezcla de básquet y lanzamiento de bala, un deporte rarísimo reservado al género femenino. En aquella alborotada escuela, con la presencia de colegios necochenses, llego un aviso: Se aproximaba una fuerte tormenta. Había que evacuar el establecimiento.
Las maestras nos llevaron a nuestras aulas y minutos después empezaron a aparecer padres (en su mayoría padres de la cooperadora) a distribuir chicos. Dentro de estos padres llegó el mío. Eligió, cuidadosamente, un conjunto de chicos (dentro de ellos mi hermana y yo, lógicamente), imagino que en base a un recorrido y con el auto lleno de nenes arrancó.
Con mi padre tratando de apaciguar el pánico que algunos tenían, haciendo chistes y tratando de distraer, nos dirigimos a Av. Independencia entre 25 de Mayo y Mitre. En aquel momento no existía rambla que separe las dos manos, por lo que mi padre paró el auto en medio de la avenida y se dispuso a bajar y acompañar a la primera niña. El trámite era simple, bajar, agarrar de la mano a aquella niña y cruzar la mano restante de aquella avenida.
Sin embargo, el destino y las ansias de aquella infanta cambiaron la ecuación. Abrió rápidamente la puerta y salió corriendo en dirección a su casa. En esta rápida maniobra no vio que venía, a alta velocidad, un Ford F100. Cuando la camioneta pego contra su cuerpo se escucho un golpe seco. Vimos como aquel tremendo aparato la “chupo”, terminando de frenar unos veinte o treinta metros, sin rastros visibles de la pequeña.
Mi padre en aquel instante demostró unas cualidades físicas que ni antes ni después de aquel evento demostró JAMAS. Corrió a la camioneta, se metió abajo, saco el cuerpo y corrió unos 120 metros al hospital del pueblo.
Unos instantes más tarde, mi viejo volvió al auto, se sentó, agarro el volante con las dos manos y con sus ojos buscando el horizonte tardo unos segundos en reaccionar. Imagino que primero repasó los eventos, revisando que pudo haber evitado. Después, muy posiblemente, pensó que no iba a tener el valor de suicidarse, posiblemente podía buscar refugio en el alcohol… Calculo que pensó a qué lugar del mundo mudarse, si irse solo o llevar a su familia…
Fueron tres o cuatros segundos, donde nadie emitió sonido. Arrancó el auto y terminó de distribuir a los restantes. Fuimos a casa, entramos, los tres callados. Cerró cada persiana de la casa, fue a la puerta de entrada, decidido a volver al hospital y ponerse a disposición de los golpes de un padre que necesitaba un culpable a la muerte de su hija. Justo en el momento que se iba, giro y dijo: “No salgan”.
Ese fue uno de los momentos más escalofriantes de mi vida. Aquel tipo emitiendo esas palabras vacías de cuerpo, sus ojos secos, perdidos, su postura corporal…. Supe, en ese instante, que la noticia esperada iba a dejar a mi viejo en pausa y eso me estremeció.
Pasa, de vez en cuando, que un milagro viene a salvar ciertas situaciones. Dos días más tarde, esa chica estaba en el colegio, con un cuello ortopédico solo con fines preventivos, pero no tuvo más que algún traumatismo menor.
De vez en cuando, cuando nos acordamos de aquel asunto, veo a mi viejo como se le vacía la voz, se le secan los ojos y dice: “La lleve en brazos… Esa chica estaba muerta”… y en esos pocos segundos, mi viejo refleja aquel hombre en pausa, solo que esta vez el botón (II) se vuelve a apretar…

https://faltan5.wordpress.com/2016/04/29/gente-en-pausa/

Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado mayo 2016
    Bien por tu padre, sino hubiera quedado pausado de por vida, hay situaciones escalofriantes que nos dejan lelos:eek:
  • ACLIAMANTAACLIAMANTA Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2016
    Me y gustó tu historia. Cotidiana, interesante y bien contada.
  • faltan5faltan5 Anónimo s.XI
    editado mayo 2016
    ACLIAMANTA escribió : »
    Me y gustó tu historia. Cotidiana, interesante y bien contada.

    Muchas gracias!
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