(Quédate…)
A contemplar como atardecen
de rosa las montañas.
Y de apoco caen encima
las sombras de la noche.
Azules, como el lago
que se pierde en la penumbra.
Obscuras, como el manto
de la inmensidad.
(Quédate…)
Hasta fundirnos en silencio, en tiniebla.
y desaparecer…
como al alma de esta noche,
se va tu pelo negro.
Y al blanco de tus ojos
toda la obscuridad.
(Quédate…)
Puedo sentir que sonríes
con una estrella fugaz.
-Y se cumple, al mismo tiempo, mi deseo.-
Quédate…
Comentarios
Lo intentaré.
Pero es complicado.
Bello poema estimada Lara.
Un abrazo.
Me gusta tu poema intimista, suave, invitando al silencio, a la contemplación de la belleza, en compañía. Hay momentos que necesitan ser compartidos.
Un abrazo.
Juancho y Sinrima, siempre es un placer volver y encontrarlos.
Un fuerte abrazo .
Hola Amparo!, yo siempre vuelvo!
Un placer.
Un placer que me acompañes...
Saludos.