YA TIENE SACRISTÁN EL PUEBLO
Machilo, mi hermano mayor, es el calavera* de la familia. A los trece, era tan de misas y novenas, que el padre Amún le propuso ser monaguillo; cuando habló de afeitarle la coronilla, el atorrante** dijo rotundamente que no. Pero tan formidable rezador parecía destinado al sacerdocio, y queriendo retenerlo en un ambiente ascético, el cura le ofreció la sacristía, con un moderado sueldito. Mi papá, inocentemente, lo autorizó y mi mamá puso el grito en el cielo qué necesidad tiene de andar de sirviente de estos cuervos, mocoso de mierda, vos tenés la culpa porque lo apañás, eso es herencia de tu familia, porque la santulona de tu hermana... bla bla bla. Papá la miraba por encima del diario abierto, con esperanza de que el discursito la dejara afónica. El nombramiento se produjo, para ruina del azorado donador de espermatozoides fallados.
Asunto gordo fue el de la Olivita Pastrana, por entonces de 16 de edad y 95 de busto, hija del Juez de Paz, que vivía al lado de la iglesia. Ella iba a misa dominguera de 9, que es para los niños, y sus padres, a la de 10, que es para la gente. Mi hermano sacristán cumplía, entre otras, la tarea de campanero (para la cual parece que también estaba generosamente dotado). Los domingos, apenas daba la última llamada para el segundo oficio, salía corriendo hacia los fondos de la parroquia, se levantaba el ropón hasta la cintura, saltaba la tapia de los Pastrana en un solo impulso y, como la Oliva ya había aliviado el alma con la comunión, él se pasaba la hora siguiente enterita aliviándole el cuerpo. Hasta que un domingo aciago, el padre de la chica se quedó en cama por una resaca de vino patero***. Los amantes, cebados por la impunidad, ni sospecharon la presencia del viejo, que al sentir ruido en la habitación llena de muñecas, moños de satén rosa y cortinas de organdí, acudió para descubrir a su hijita con todos sus encantos ocupados en alojar los del precoz sacristán.
Le salvaron la vida los diez metros que distan entre el lugar del crimen y el dormitorio matrimonial, donde yacía la escopeta de dos caños. Las letanías de mi mamá retomaron vuelo combinándose con estallidos histéricos de ¡mirá si me lo matan! hasta hacer de la mesa familiar el cadalso en que mi papá purgaba su pecado de existir.
* Calavera: amante de las fiestas y las trasnochadas.
**Atorrante: argentinismo: Sinvergüenza, descarado. O bien, que evita el trabajo por comodidad.
***Patero: argentinismo. Vino artesanal, se hace aplastando la uva con los pies, en un lagar
Comentarios
Resonaba en mi cabeza una voz con acento argentino...
Los moños de satén rosa me recordaron una canción de Serrat: la de la chica que llega a casa , puntual, a las diez. Y viene, directamente, de los brazos de su amante.
Me ha encantado leerte.
Qiue se salvó de la escopeta y de la Olivia. De mi mamá no: lo mandó a un colegio de internado :rolleyes: ¡Gracias, Francesca! Como profe de Lengua, me imagino que habrás tratado, por ahí, algo de literatura argentina, y de ahí que te "sonara" este "tonito argie". En mis clases yo incluí siempre letras de otros países, sobre todo de habla hispana, aunque no solamente.
Por eso, resulta maravilloso pertenecer a esta comunidad nuestra de hablantes, tan extensa.
Saludos.
Gracias.
:-D:-D
Me estaba imaginando esta imagen y me partía (de la risa)... y al continuar leyendo no he dejado de hacerlo :-D
Tienes un reparto muy variado, Lily, eres capaz de hacernos reír y sonreir, de llevarnos a un ambiente tenebroso para pasar miedo, de hacernos vibrar de emoción con tus poemas, y de convertirnos en japos al leer tus haikus :rolleyes2: ¡Qué completa eres, chica! ¡Gracias!
Ya sabes: campana/sotana, badajo/carajo. Es decir, que se iba a dar campanadas a domicilio.
Mi humilde opinión: Creo que en el relato hay palabras y expresiones literariamente "prestigiosas" que rompen con el tono coloquial que se busca, ejemplos de una misma frase: "bla bla bla" y "azorado", "aciago" y "resaca de vino patero", En vez de "yacer" podría ir un simple "estaba" o "guardaba".
De la misma manera, la frase final "purgaba su pecado de existir" busca darle como remate un sentido trágico/existencial que, me parece, va a contramano del ambiente desenfadado/coloquial del tono general. Aunque se trate de un ambiente religioso no hace falta ponerse "existencialista".
Es mi humilde aporte, ojalá te sirva.
Saludos
Los sacristanes no hacen votos de celibato ni de castidad, ¿no?
Bastante pena tenía ya el cura de no "catar" mujer, como para privarse el sacristán también de ellas.
Gracias por leer con ojo crítico. Mencanta
¡Salud! Y gracias, de nuevo.
Tu texto es bastante jovial como tú.
Te agradezco las aclaraciones respecto a los términos que denominas “argentinismos” en efecto lo son.
Por aquí “atorrante” se usa para el: ordinario, corriente.
Muy agradable.
Saludos
Gracias Duk.