Soy arena de roca,
silicio oscuro que guarda
celoso todo lo que toca.
En las profundidades de esta cueva
apenas percibo algo que no sea
mi propia derrota.
Aquí, en el suelo,
vivo rodeado de naturaleza muerta;
y no me doy cuenta
que soy una sombra de mí, estanca
e impermeable al murmullo del agua.
Un día miré con otros ojos;
esos ojos en que Tú posaste
Tu mirada,
y busqué sorprendido
la razón por la cual
soy ahora una gema
hermosamente tallada:
un diamante, un cristal;
una transparencia de amor,
por puro Amor reconquistada.
No puede haber oscuridad
para aquel grano de arena
que ahora reza y ama,
porque cualquiera percibe
el destino de una gema:
el verdadero sentido de su existencia
es ser por la Luz de Dios traspasada.
Mi vida ya es Vida;
siento mi materia
preñada de alma.
Comentarios
Hay partes en las que es más una prosa que una poesía. Y otras, que de ninguna manera podrían ser una prosa.
Es muy interesante tu poema. Da para leerlo y releerlo.
Me gusta.
Estos versos fueron los que más me gustaron, Miguel.
El poema me parece muy bueno. No estoy de acuerdo que hayas momentos en prosa. Es un poema en verso libre, que tiene un ritmo (no métrico) bien definido. Me gusta.
Saludos.