He venido a presentarme. Dicho así, suena como una misión. Y de hecho lo es, queridos míos. La verdad es que estuve revoloteando algunos días por este foro hace algunos meses y hasta me animé a participar. No demasiado, es cierto, sólo un poquillo por aquí y por allá, y por aquí y por allá fui desapareciendo hasta no volver. Aquella vez, olvidé lo más importante: presentarme. No por mala memoria (aunque la tengo pésima), sino más bien porque es una de esas cosas a las que soy particularmente alérgica. Presentarme, estornudar y hacer abdominales son tres cosas que llevo bastante mal. Pero cuando tocan, tocan.
Así que, como dije antes, vengo a presentarme. Mi “nick” es Maya, como la abeja, aunque también habría podido escoger “Donald”, como el pato, “Flappy”, como la ardilla o “Traje del emperador”. Aunque, para ser sincera, prefiero mil veces llamarme Maya, como la abeja, que todas las anteriores.
Además de falsa abeja, soy colombiana, aunque vivo en Madrid. Agradezco la existencia del café, los croissants y el verano; no tanto la del invierno, a la cual no me acostumbro. Tengo animales favoritos como el hipopótamo y la ardilla; autores entrañables como Salinger, Murakami y Carver; viejos afectos como El conde de Montecristo y Las mil y una noches; insuperables desencuentros como el Ulises de Joyce; una tendencia al agobio patológica, estoy convencida, y me enamoro tontamente de las cosas más estúpidas, pero no necesariamente de los tipos más idiotas.
Alguna vez participé en un foro como éste que, con los años, terminó reducido a chatarra virtual. Sólo con el tiempo me di cuenta de que la relación con los foros se parece peligrosamente a los romances. Se les guarda lealtad; se pasa por las mismas fases de enamoramiento, estabilidad, a lo mejor desencanto; se les extraña cuando ya no están e, incluso, se les sigue guardando una lealtad incomprensible a lo largo del tiempo. Ni siquiera a mi canario le he guardado un duelo tan prolongado. Y puedo dar fe de que era un gran canario. ¡Pero eso se acabó! ¡He decidido adoptar otro foro! ¡O que me adopte él a mí! Sí señores, este es el final de la orfandad.
Hablando en serio, me encantaría, nuevamente, encontrar un patio de recreo literario que me permita relajarme un poco, y me gustaría que ese patio fuera éste. Un saludo a todos y esta vez espero haber llegado para quedarme.
Comentarios
En nuestras manos está el que este jardín crezca y fructifique con hermosas flores llenas de ese néctar que tanto ansía una abejita inquieta como tú. Es un trabajo colectivo que todo el panal debe llevar a cabo sin zanganear. De todos modos como en todos los jardines, en éste hay flores que te parecerán más y menos atractivas. Lo importante es saber escoger la que más te convenga y disfrutar de sus propiedades.
Yo personalmente he disfrutado de algún relato y he plantado uno al que puse el nombre de Pacto. Al fin creo que de eso se trata, de ir contribuyendo y recibiendo.
Nos leemos!
Gracias por esa bienvenida, Serj. De lujo. ¡Me ha hecho reír un montón! Y es cierto, ya se trate de abejas, abejorros o grillos náufragos, iré conociéndolos a todos poco poco.
Abrazos,
Maya, la abeja
En verdad están hinchados de aire mezclado de risas y estas últimas son las causantes de que se eleven por el cielo, no se tendrían que llamar aerostáticos sino risastáticos.
Bueno ya te he aburrido bastante con mis teorías.
Nos leemos y echamos unas risas, Maya!
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Un beso.
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http://solooescribir.blogspot.com
Patricia: aprovecho, entonces, y te doy la bienvenida a ti también. Le echaré una ojeada a tu novela en cuanto pueda. Lo que sí puedo decirte desde ahora es que, independientemente de que me guste, e independientemente de los resultados, te felicito por anticipado. Me parece admirable el solo hecho de que te hubieras embarcado a tu edad en una empresa así.
Eanu: Lo de la limpieza está muy bien, pero ¿también planchas y cocinas? ¿Y qué tal se te dan los perros?