El oscuro velo nocturno ya cubre la ciudad
y anuncia la llegada secreta de seres imposibles,
condenados a una eternidad vacía,
pidiendo silenciosamente a gritos una mortalidad humana,
una humanidad que no volverán a tener jamás.
Con cierta nostalgia recuerdan los días en los que, como humanos fuertes y sanos,
disfrutaban de amaneceres y placeres sencillos,
y en la oscuridad envolvente de la noche
anhelan sus corazones muertos la oportunidad de volver a nacer
como los humanos imperfectos que alguna vez fueron.
¿Qué darían por volver a ser lo que fueron?
Nada en realidad,
pues por mucho que añoren ser humanos otra vez
no son capaces de dejar de una vez por todas
la eternidad vacía a la que fueron condenados,
y han seguidos y seguirán añorando
siglos y siglos la humanidad imperfecta
que alguna vez tuvieron.
Comentarios
Me encanta el poema... nonca hay que olvidarse ni de los malditos, pues en algún momento, no lo fueron. Gracais por compartirlo con nosotros