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Triste Final

kichykichy Anónimo s.XI
editado enero 2009 en Romántica
Hola!Soy nueva en esto y os quería mostrar un poquito de mi... Muchas gracias por vuestro tiempo!!!Un abrazo



El tiempo se detiene en aquel instante donde la vida deja de surgir, donde los sueños dejan de existir, donde… donde ni siquiera crees que debes seguir.

-“La vida debe continuar, cariño”- escuchaba susurrar a todo ser con vida que vagaba a mi alrededor en aquella calurosa pero tan fría tarde de agosto, en aquel momento en el que las palabras eran como pequeñas agujas que tejían con hilos de dolor mi nuevo naciente corazón. Y las palabras se las lleva el viento en la más inmensa calma, los susurros no sirven de freno para parar la caida, ni las lágrimas expresan el miedo a que tu ya no existas.
Sólo se escucha el silbido del vacío, la nada impregna de ira todas tus heridas. Y mientras tanto pasan los días…

Nací cuando vi por primera vez su sonrisa. Dieciséis primaveras contaban aquellos ojos con los que pude disfrutar de su mirada y una vida por delante en la que quizá podría pasar a su lado. La inocencia tambien era una parte apegada a mi, la parte más importante de todos mis latidos. Era una pequeña chiquilla feliz, sonriente, amable y educada, pero sobre todo satisfecha y agradecida a la vida. La miel alimentaba el color de sus ojos y el sol se escondía entre las nubes cuando estos decidían parpadear. Su cabello era del color de los castaños, chirriantes de fuerza y su sonrisa… su sonrisa era la alegría de mi vida, el placer en mis sueños y el dibujo de lo perfecto. Pero su belleza no se guardaba en apariencias y tan sólo mostraba lo que su corazón escondía. Era grande, sincero y chispeante. Era de aquellas personas que con su presencia pone el color a los días.
Lo conocí de casualidad, en una de estas oportunidades que brinda la vida, en uno de esos trenes que no puedes dejar escapar.


Y el tiempo se detuvo en aquel instante viéndole marchar sabiendo que seria la ultima vez que lo hiciera...se tiñó el cielo de gris para no dejar ni un rayo de sol a la vista, las nubes se alinearon en forma de corazón y cerré los ojos creyendo que si no le veía todo seria fantasía...pero cuando los volví a abrir ya se había marchado y lo único que a aquellas alturas aun quedaba en el aire era un horrible vacío que desde entonces protagoniza mis días... no dude en gritar su nombre para romper ese silencio pero la respuesta tan solo fue mi propio eco... estaba rodeada de gente pero me sentía sola, como si se hubiese llevado hasta el último resquicio de vida que me quedaba y tan solo pude llorar...cogí las gafas de sol para que ocultaran mis ojos ahogados en dolor y no pude pronunciar palabra... Salí de aquel lugar sin vida sin saber a donde ir... mis pies tan solo utilizaban la inercia para llevar a mi cuerpo y mi mente andaba perdida en algún lugar de aquel cementerio intentando buscar el alma que le acababan de arrebatar o, en su defecto, encontrarse con su propia alma... de mis ojos seguían cayendo lagrimas y mi estado de animo pedía a gritos una maquina del tiempo donde poder volver atrás... la gente seguía a mi alrededor... permanecían en silencio siguiendo mis pasos, aprovechando cada cruce de miradas para dedicar un lo siento con los ojos...sin dirigir la palabra... me llevaron hasta el coche y empezamos otra vez el viaje, esta vez de vuelta... quise pensar que aquella tarde tan solo habíamos ido al cine y acabábamos de regresar de ver una película triste, por ello lo de las caras largas... que aquellas imágenes no habían sido de verdad, que no pertenecerían al baúl de mis recuerdos, que nunca estarían en el cajón de mis olvidos, y sobre todo, que no acababan de dibujar la ultima pincelada de mi triste realidad... no eran míos, no los sentía como parte de mi... quería que todos aquellos pensamientos se fueran de golpe...deseaba que volviesen a ser las 9 de la mañana de ese 3 de agosto, que él mirase al frente y no dejase que el sueño, la música o lo que le pudiera haber llevado hasta la muerte, le arrebatara la vida... no conseguía distinguir nada en el ambiente...solo era presa de la mayor de las tristezas – Alba, ¿estas bien?- desperté... mire hacia el sillón de atrás del coche y me encontré a mis dos mejores amigas mirándome fijamente...solo pude asentir con la cabeza...volví a mirar al frente y empecé de nuevo a llorar... me agarraron de los hombros sin poder decir nada...tampoco había mucho que decir... quería darles las gracias por estar en aquel momento...también quería gritar mi dolor pero nada de eso me fue posible... aun no valoraba lo que acababa de pasar, aun no había medido nada, no había pensado en nadie y bajo cada parpadeo solo aparecía una foto de él... solo escuchaba su voz, solo podía oler su perfume, y lo más triste es que solo podía sentir su vacío... al fin llegue a casa y me dirigí a la terraza... mire al cielo con la vista aun nublada por las lagrimas y grite un te quiero en silencio desde lo mas profundo de mi corazón... recordé una de las cartas que él me escribió en la que me comentaba como mirando al cielo me imagino. Ahora una de aquellas estrellas era su nueva casa y fui yo quien me le imaginé mirándome, dedicándome un adiós... por muy bonito que mi mente pintara la situación, en mi corazón solo retumbaba aquel adiós... no pude dormir en toda la noche aunque caí rendida a las 8 de la mañana... dormí un par de horas y la semana trascurrió entre sonrisas mentirosas... aun no estaba preparada para dejarle marchar de mi vida...me consolaba con los consejos de mis amigos... me agarraba fuertemente a cualquier esperanza de que aquello no fuese verdad, por lo menos en mi interior... una noche de aquel verano me volví a sentar en la terraza y volví a mirar a aquella estrella que yo había denominado como nuestro punto de encuentro... había cogido la costumbre de que cuando más sola me encontraba visitar la terraza para sentirle más cerca de mi y aquel dia me encontraba muy sola. Para mi sorpresa, todos aquellos sentimientos que manaban de mi corazón se empezaron a establecer como luces independientes detrás de mí y tan solo un sentimiento, que brillaba solo más que todos los demás juntos, trazaba hacia nuestra estrella el camino de la felicidad. Estaba apunto de abandonar aquel mundo donde la felicidad era el único sentimiento que no pertenecía a mi vida para acabar con todo aquel sufrimiento pero, y cuando decidí levantarme para dejarme llevar por aquel camino de luz, mire hacia atrás para despedirme de esa vida... me encontré con todos los sentimientos aun brillando en aquella silenciosa penumbra y detrás de aquellas luces cegadoras encontré a mi madre, a mi padre, a mis amigos y a toda la gente que me quería, formando un mar de innumerables momentos que aun me quedaban por disfrutar... por mi mente empezaron a pasarse todos mis recuerdos, uno tras otro, recordándome que aun, tras todas esas luces, existía una luz aun mas fuerte, el sentimiento más grande: LA VIDA... volví el rostro hacia el amor de mi vida recopilando de cada poro de mi piel hasta la ultima gota de fuerza que me quedaba... le mire a los ojos por ultima vez, le entregue mi corazón aun en carne viva y aun siendo presa de aquella triste soledad solo pude gritar: ¡¡HASTA SIEMPRE VIDA MÍA!! Y volví a despertar.
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