¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

El hombre Pos- moderno.

Media, Verónica.Media, Verónica. Anónimo s.XI
editado octubre 2008 en Ensayo
El texto que a continuación van a leer, es un ensayo que hice para unas olimpiadas de filosofía. Con el título ya se imaginarán de qué se trata.
Espero pueda recibir opiniones de su parte, referidas al aspecto que se les ocurra. Las necesito.
Gracias.



Posmoderno: ¿Una sociedad transparente?

La serie de sub temas que iré abordando a continuación, y que de alguna manera, intentan formar parte de un tema principal como es La Posmodernidad y La Sociedad que en ella habita, se plantean hoy en día como “comunes”, “naturalizados”, es por esto que no me creo exenta ni ajena a esta Sociedad de Masas y, por lo mismo, no puedo plantear tampoco una posible solución. Sólo intento, en la medida en la que el fenómeno me permite, evitar ser una más del “montón”; no aceptar lo que se nos propone como modelo a seguir sólo porque lo demás lo hagan. Es por esta razón, que como punto de partida, voy a plantear un interrogante que realmente me preocupa y que, quizás, haya sido el hecho determinante para que yo misma me haya interesado en el análisis (quizás un poco crítico) de “mi propia sociedad”: ¿Qué es lo que determina, hoy en día, el hecho de estar o no a la “moda”? Y, como interrogante desprendido del primero, ¿Qué es la modernidad?
Como ya he aclarado líneas arriba, no pretendo dar una respuesta a nuestra época, ni plantear una solución, ya que tampoco tengo la posibilidad de tener una visión plenamente objetiva al respecto. Pero, lo que sí se encuentra a mi alcance es el hecho de darle, quizás, una mirada diferente y personal a tal cuestión. Es eso lo que intentaré lograr a lo largo de tal ensayo.
La modernidad, es la época en la que ser moderno se convierte en un valor determinante. Esto trae consigo una intensa consideración de los modelos como elementos de extrema importancia, por lo que la imitación de éstos resulta casi imprescindible. La sociedad que habita esta época es la “Sociedad de los mass media”, la de la comunicación generalizada y, por lo tanto, la de la necesidad de información y tecnología como “único medio de subsistencia”. Es difícil encontrar una sociedad alejada de la masificación, que no tienda a imitar a otras o en la que sus miembros no sientan la necesidad de parecerse y por esto, actuar como unidad.
Vattimo Gianni habla de la existencia de la modernidad, y plantea que ésta acaba cuando deja de ser posible hablar de la historia como algo unitario. Y quizás, tenga razón también al sostener que “La imposibilidad de pensar la historia como un curso unitario es el resultado del nacimiento de los medios de comunicación de masas”. Y este nacimiento, utilizado en exceso, se encuentra lejos de sólo cumplir con el papel de mantenernos conectados e informados. Si bien, teóricamente, permiten una información auténticamente a tiempo, el modo con el que operan no resulta ser demasiado conveniente para nosotros, ya que lo que hacen es lograr una explosión y multiplicación generalizada de las visiones del mundo, para luego unificarlas dentro de la sociedad; con o sin errores, agrupando ideas contrapuestas con otras de igual jerarquía; creando así un modo homogéneo de vida. Es alarmante convivir con una imagen de este tipo y, como resultado de esto, de un pueblo feliz.
¿Y la autenticidad? ¿Dónde ha quedado el ideal de hombre como ser único, diferente del resto, irrepetible, pensante, selecto? Y ahí es dónde radica, en mi opinión, el mayor problema de nuestra sociedad posmoderna con gran influencia de los medios y gran tendencia a buscar modelos a los cuales imitar. Si bien es bueno el progreso tecnológico y la comunicación, es aún mejor el progreso intelectual. Resulta ilógico el hecho de verse convertido en un hombre masa y, sin embargo, no angustiarse, no intentar salirse del molde que propone la sociedad como modo de vivir, de actuar y de pensar.
Si nos hacemos hoy en día una idea de realidad, ésta, en nuestra condición de existencia tardo- moderna, no puede ser entendida como el dato objetivo que está por debajo, o más allá, de las imágenes que los mass media nos proporcionan. Y el ideal de emancipación, radica en la erosión misma del propio “principio de realidad”, se sostiene en la pluralidad y en la oscilación, sin ningún tipo de autoconciencia o aspiraciones personales. Y esto, es realmente preocupante. Sobretodo, porque siempre se espera un poco más del hombre, como único ser racional diferenciado de los animales, como proyecto abierto, como ser condicionado (quizás) pero no determinado, como destinado a “Buscar la mayor perfectibilidad posible”, como bien planteaba Santo Tomás de Aquino.
Hablando así de la sociedad como un todo, se incluyen también a los jóvenes, haciendo una mención generalizada. Pero verlo de esta manera es también un error. Resulta casi imposible dejar de ver a la postmodernidad como un fenómeno encabezado por los más pequeños, quizás. Son ellos los que, adoptando las formas de actuar y pensar de la nueva sociedad, ven truncadas sus posibilidades de llegar a ser hombres selectos en un futuro, hombres con personalidad, con creatividad y con ganas de progresar de manera individual, y no siempre bajo las exigencias de los adultos y demás miembros como método condicionante. Son ellos los que se apegan primeramente a las modas que vienen del exterior y que los medios introducen en nuestras casas; son ellos los que presionan a sus padres para adquirir nuevos aparatos tecnológicos y son ellos, quizás por tener menos obligaciones o creer que es así, los que disponen de más tiempo que los adultos para probar distintos modos de hablar, de vestirse, de actuar, por ejemplo.
Si bien todo niño debe, para llegar a formar su propia personalidad, incursionar en distintas formas de vida, pareciera que hoy en día lo hacen en exceso y no justamente de una manera propia de la edad. Volvemos, nuevamente, a hablar del tema del “querer hacer lo que los otros hacen”, “lo que sale en la tele”, “lo que muestra la compu”. ¿Y la radio? ¿Y los diarios y revistas? ¿Y los libros? La computadora y el televisor se encargaron de dejarlos en un segundo plano, sobretodo a los libros.
La nostalgia de los horizontes cerrados, intimidantes y sosegantes a la vez, sigue aun afincada en nosotros, como individuos y como sociedad. Pero no cerrados por falta de oportunidades, sino porque la idea de ver y sentir más allá de lo que vemos y sentimos actualmente parece casi imposible, por no decir “inútil”.
Si quienes toman la palabra son tantos, con culturas tan distintas, ¿Cómo saber quién es el más acertado, quién es el que mejor puede conducirnos, a quién ofrecer nuestra aceptación? Resulta casi imposible. Por eso se plantea como tan necesario el recto uso de la inteligencia; el discernimiento; el intentar formar nuestra propia opinión, sólo para no ser engañados, aturdidos, “llevados de la nariz” por quién puede hablar un poco mejor que nosotros. Y es que está eso también, es la ley del más fuerte la que impera, tanto en los medios como en el propio seno de la sociedad: quien aprovecha mejor las oportunidades y logra sacar un poco de ventaja, es automáticamente más que el resto, está por sobre los demás. Y lo más lamentable, o curioso, es que no cuesta tanto superar a quienes actúan como unidad, como masa. Es sólo cuestión de conocer algún que otro punto “débil”: ofrecer un nuevo producto asegurando que adquiriéndolo tendrá más prestigio que el vecino de al lado, que de hecho acaba de comprarse un nuevo automóvil; o que el de la vuelta, que planea pasar todo el verano en su casa de la playa. Por sólo nombrar un ejemplo de posible manipulación con resultados positivos. Y es eso también: las apariencias, el “qué dirán”, la preocupación por la mirada del otro hacia uno mismo. Quizás en todas las épocas ha habido algo de esto, pero en ésta en particular, se ha intensificado mucho más, hasta llegar al punto de priorizar lo material a lo esencial del hombre.
¿Y los medios de comunicación tienen algo que ver en todo esto? Si, mucho. Se enriquecen a costa de la fiebre del consumismo que presentan los individuos, se hacen fuertes manipulando las versiones y convirtiéndolas en “cosas que la gente quiere escuchar”. Pero sería injusto también hablar de todos los medios de esta manera, porque hay también quiénes aun desean sólo cumplir con su objetivo como tales: informar a la sociedad desinteresadamente. Y son ellos, quizás, los que recién están surgiendo, los que pretenden progresar sin egoísmo ni finalidades ocultas, los que realmente pueden ser rescatados y considerados convenientes o necesarios para nosotros mismos. Es por eso que, nuevamente, entra en juego el poder “discernir” para quedarnos con lo que más nos favorezca, a nosotros y a los que día a día ocupan un lugar a nuestro lado; y quieren, tal vez, no ser uno más del montón. Porque, como bien englobaba Ortega en su frase “yo soy yo, y mis circunstancias”, el hombre puede verse limitado, en ocasiones, a actuar como lo desee; pero nunca determinado ni imposibilitado por el medio que lo rodea.
Si tuviera que plantear una solución que permita “sanar” a nuestra sociedad consumista y globalizada, como bien dije al comienzo, no podría. Y es poco probable que alguien pueda hacerlo. Pero, sin embargo, llego a coincidir nuevamente con Ortega, sosteniendo yo también que, quizás “Lo único que pueda salvar a Europa, sea volver a una auténtica filosofía”. A Europa en la época en la que él lo creyó así, y a nuestra sociedad en esta época de la que yo misma formo parte.






Media, Verónica.

Comentarios

  • editado octubre 2008
    Es dificil darte una opinión Vero, pues estamos hablando de una sociedad que se mueve a pasos agigantados, hacia una anarquia total, una sociedad en la que todo se compra y se vende, icluso la voluntad de las personas, estamos hablando de una sociedad, que da la espalda a los valores humanos más fundamentales, que confunde la libertdad con el libertinaje, una sociedad desestrucrurada y convertida en una masa a merced de la desinformación -producto estrella del segundo poder mundial- los medios de comunicación, una sociedad victima de la pasividad y el desinteres por parte del mundo joven, una sociedad en la que todo vale y el dolor del ser humano es negocio y entretenimiento servido por nuestros medios de comunicación.
    Vero has preparado un trabajo buy bueno, para que te lo premie otra sociedad...
    Un abrazo amiga
  • Rodion RaskolnikovRodion Raskolnikov Pedro Abad s.XII
    editado octubre 2008
    viejo zorro escribió : »
    Es dificil darte una opinión Vero, pues estamos hablando de una sociedad que se mueve a pasos agigantados, hacia una anarquia total, una sociedad en la que todo se compra y se vende, icluso la voluntad de las personas, estamos hablando de una sociedad, que da la espalda a los valores humanos más fundamentales, que confunde la libertdad con el libertinaje, una sociedad desestrucrurada y convertida en una masa a merced de la desinformación -producto estrella del segundo poder mundial- los medios de comunicación, una sociedad victima de la pasividad y el desinteres por parte del mundo joven, una sociedad en la que todo vale y el dolor del ser humano es negocio y entretenimiento servido por nuestros medios de comunicación.

    Antes de opinar sobre el ensayo de la calamarezca Media-Verónica, quiero decir algunas cosas sobre lo que marqué en negrita:

    Creo que no tiene NADA que ver que la sociedad se mueva a pasos agigantados o que todo se compre y se venda -hasta las personas mismas-, que se confunda libertad con libertinaje, con la Anarquía. Porque justamente lo que plantean los Anarquistas es la libertad, no el libertinaje. De hecho, básicamente, pregonan la ayuda mutua, la cooperación colectiva y no a que uno sea más que el otro, como está el mundo hoy en día con los diferentes poderes. No es un ataque ni nada por el estilo, aclaro, ya que yo alguna vez en mi vida pensaba que el anarquismo era "que todo el mundo haga lo que quiera", y no es así, es muchísimo más complejo que eso. Bueno, cualquier cosa lo seguimos por privado, para no desvirtuarle el ensayo a la señorita.



    Con respecto al ensayo, lo primero que me llamó la atención de éste, fue tu planteo sobre la exigencias de los adultos en los "jovenes de hoy". Pienso que es algo más profundo, ya que los adultos, alguna vez fueros manipalados por otros y así sucesivamente. Estamos en un mundo con una moral y sentido común equivocados, ideados para no vivir la vida, evitar los placeres y lo peor, estar constantemmente ligados al egoísmo extremo y la hipocresía, que están como ignorados y hasta bien vistos por una mayoría.
    Si bien todo niño debe, para llegar a formar su propia personalidad, incursionar en distintas formas de vida, pareciera que hoy en día lo hacen en exceso y no justamente de una manera propia de la edad. Volvemos, nuevamente, a hablar del tema del “querer hacer lo que los otros hacen”, “lo que sale en la tele”, “lo que muestra la compu”. ¿Y la radio? ¿Y los diarios y revistas? ¿Y los libros? La computadora y el televisor se encargaron de dejarlos en un segundo plano, sobretodo a los libros.

    Estamos de acuerdo en que los medios influyen para con el desinterés de un chico, pero, no creo que "Las pantallas" sean los únicos culpables, de hecho la radio, los diarios y revistas, también se encargan de ello. Obviamente hay excepciones, pero es como en todo, la mayoría de las cosas están jodidas y hay negocios turbios detrás. Vos, como yo, sos también de Argentina, entonces te doy un claro ejemplo: El grupo Clarin es un monopolio prácticamente dueño de casi todo lo que consumimos a diario; Canales de tv como canal trece, TN, TyC sports, etc etc; revistas varias; también maneja las principales proveedoras gratuitas de Internet como Cuidad Internet, Flash y Fullzero; otros diarios... Bueno, la lista es interminable, pero ahi te das cuenta cómo son las cosas, está todo podrido.
    Con lo de los libros estoy totalmente de acuerdo, pero convengamos que un pibe no puede decirse un día "voy a leer a Cortazar" de la nada, algo tiene que hacer moverlo.

    Lo restante, me pareció interesante y pienso bastante parecido. Como dije recién, los medios, en general, se encargan de logran el desinterés. Yo desde chico vivo en un barrio que si bien no es completamente marginal, año tras años lo veo cada vez más marginal. He tenido a lo largo de mi adolescencia, muchos pensamientos como el de querer tener las mejores Nike, vestirme con la mejor ropa, envidiar cosas materiales -estúpido que fui, pero por lo menos me di cuenta de cómo eran las cosas-. Para ser bien directo y explícito, "culos que no podía tocar" deseaba. Creo que ése es un grave problema, fomenta la delincuencia, cada vez más es la gente que razona así, por inercia, se convierten en ambiciosos inconscientes y bueno... de grandes ya lo son y como bien dice tu ensayo, repercuten en el pensamiento de los más chicos que están en etapa de vivencia y aprendisaje, luego su inocencia se convierte más tarde en algo suicida. Porque vivimos en una farsa suicida.


    Bueno, te felicito por tu ensayo, seguí así. Cualquier cosa hablamos por otro lado, considerando que somos del mismo lugar, ja.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com