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Tus dunas suaves y carnosas
volcanes de carne entre mis manos
que cabalgan tus paisajes, presurosas.
Tus raíces que ascienden
en formas adorables hasta el cielo
de mis sueños y deseos más ardientes
son caminos que guían mis anhelos
atados a tus pétalos de rosa
hasta los claros y ovalados luceros
que iluminan mis días y mis noches
con la luna llena de tu cuerpo.
Los paisajes de tu piel donde me pierdo,
son el gozo del cielo de tenerte
aunque te tenga sin tenerte.
Comentarios
Gracias. El poema tiene ya unos años, pero hay momentos que duran eternamente.