Antes rosa, ahora espina venenosa
condenada por coqueta, por capricho contrincante,
testiguada su belleza por un vivo nunca mas,
condenada a ser esfinge de una tierra desolada,
y al final, ¡por Perceo asesinada!.
Que destino tan infame el de las hermosas,
rosas como tu las mas valiosas,
que la envidia acorrala y el dolor las acompaña,
donde quiera que te escondas,
tu deshonra ya fué vista y fué contada,
pues de tu anterior gracia, (por dioses ultrajada)
cada humano en esta tierra, asombrado aun recuerda,
Y ahora dime tú, ahogada en injusticia:
¿es mejor ser temida a ser amada?