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Mi vecino el loco nª 5

rocinanterocinante Garcilaso de la Vega XVI
editado febrero 2008 en Narrativa
MI AMIGO EL LOCO N 5

<STRONG>[HTML]BUSCANDO A LAURA, UNA LOCURA FUGU1TIVA

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El otro día, por la mañana, cuándo acababa de cerrar el buzón de la correspondencia, al volverme me encontré con mi vecino " El loco. "Bajaba de la escalera con apariencia desconocida, aparecía correctamente afeitado con corbata, en la cara una lozanía desconocida y vistiendo la americana, de las bodas y los entierros. A simple vista parecía completamente curado de su enfermedad Porque con la mirada serena de los aparentemente cuerdos me dijo.

.-i Buenos días vecino, sabia Ud que he estado loco i. -

Al momento me quedé mirándole sin saber que decir pensando, que no hay peor loco que el que se considera cuerdo y lleno de sensatez.

.-i Bueno yo no diría tanto. Más bien, creo, que últimamente ha estado muy nervioso, i. -

Dije como para con formarlo. ,El loco no dijo nada si no que siguió su camino hacia la puerta, yo le seguí deseando saber por donde me saldría con su charla aquel día mi vecino. Al llegar a la acera después de bajar los tres escalones de la portería siguió habiéndome, pero se
dirigía a mi desde la distancia, desde su imaginaria superioridad de estar sano, más cuerdo que la mayoría de sus vecinos.

.-i Ya lo sé vecino, ya sé porque me volví loco y quien tuvo la culpa de eso la ciudad, vecino. La ciudad me enveneno con sus prisas, su ruido y su contaminación y las gentes de ella con su inhumanidad; su aislamiento, su egoísmo y su desprecio i. -

.-i No será tanto, al fin y al cabo somos nosotros quien la hemos hecho así. I. -

.-i Como que no, mire Ud yo en mi pueblo era Federico, el hijo del barbero, tenia una identidad, amigos, en las fiestas se contaba conmigo, era algo que se sentía. Sin Embargo aquí, en la ciudad; mire Ud. en cuanto lleguemos a la esquina nadie nos reconocerá como que somos del barrio, además sabe Ud que fue en el "Metro " en donde una mañana me robaron la cordura.

Después de oír aquello, si tenia dudas de la curación de mi vecino, se esfumaron, Aunque como siempre algunas de sus palabras, llevaban más lógica, que las de cualquier cuerdo, entonces como para cambiar de tema y evitar que el loco se Acalorara en su discurso y acabara totalmente nervioso y fuera de sí, le pregunté.

.-i Ya donde va ahora Ud. con él frió que hace y con el mal tiempo que se avecina, i.-

-i A buscar a Laura vecino, a una mujer que conocí en el manicomio y que me Prometió que volvería a buscarme y que su llegada se vería por un resplandor en el cielo. Porque Laura no es de este mundo, sabe, ella es de un lejano planeta muy superior al nuestro en inteligencia y sabiduría, por ella fue que un día me escapé y aún la sigo buscándola, aunque una vez estuve a punto de encontrarla, sabe Ud i.-

I y como fue, expliqúese i. -

Le animé a seguir, a sabiendas, de que siempre me sorprendería su historia por descabellada e inverosímil.

.-i A ella la encerraron porque su lógica de pensamiento era tan clarividente y tan clara, que se estrellaba contra la de los médicos, que se ajustan siempre a unas tablas de cordura y todo aquel enfermo que no este dentro de ellas, e tachado de maniático, majareta, o loco de atar. Así que ella, cansada de no poder hacerles ver sus errores, se marchó huyó de aquella sin razón, pero antes dijo, que volvería para buscarme. El día que me escape vi su deslumbrante rostro pasar delante de mí y la seguí hasta la playa. Aquella era una playa de aguas muertas y horizonte mortecino, tan lejano a aquel mar lleno de vida que conocí de pequeño. Entonces de pronto, a lo, lejos, vi un resplandor en el cielo y corrí hacia allí con desesperación, salté rocas, me arañé con ellas, rodé una y otra vez por la arena sucia y oscura, hasta que llegue a donde en medio de uno grupo de niños, una enorme hoguera ardía e iluminaba todo el contorno.. Al acercarme, los niños se apartaron temerosos por mi inesperada llegada y salieron corriendo. Entonces pude ver lo que nunca hubiera querido contemplar. En medio del fuego a medio consumir aparecía el enorme cartón de un anuncio publicitario, en el que una cara de mujer de deformaba, e iba adquiriendo rasgos fantagmagoricos. Entonces vecino, me di cuenta de todo. Al final los médicos, la sociedad; tenían razón. Estaba loco y en mi locura me había enamorado de un rostro de cartón, de la imagen de un anuncio de publicidad, i. -

Mi vecino entonces se quedo callado, con la cara entristecida y sumido en sus extraños pensamientos. Viéndole de esta forma hice ademán de retirarme y dejarlo solo, pero el "Loco" entonces, pareció salir de su marasmo para decirme, ya, a una cierta distancia.

.-i He....... he vecino.! Pero yo la sigo buscando, i.-

Rocinante 10 de Diciembre de 2001

FIN
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