Tanto perdón me pedías
como besos me dabas y lágrimas derramabas,
hoy de todo te has olvidado,
nuevamente soy yo la que lloro.
Pero ya no lloraré más,
dejaré de ser una espía,
tus ojos con lo míos nunca más se cruzarán,
te dije que conmigo todo lo tendrías,
por fin sé que mi todo es tu nada.
Ya sabes que mi filosofía
no me deja sufrir más de un dos días,
...y ya llevo tres ó cuatro.
Para Carlos, recordarle que siempre estamos en el principio de todo
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