… cual sol y lluvia vivos, la tarde era un incendio sobre el oro táctil de los chopos;
ah el otoño, es una estación bendita,
un estante cuántico y gentil,
una ensenada del corazón;
… iba yo extasiado y preguntándole, justo cuando el camino enfila hacia el tul y las rosas,
hacia los carmines-malva y los sublimes púrpuras, cuando al fin, y al oído, me dijo:
yo soy la belleza de Dios, el templo del Altísimo,
y también, también, su excelsa voz: la luz de su silencio.
Comentarios
Bello.
¡Con qué bellas imágenes identificas el otoño! Sus paisajes son un bellísimo regalo de la Naturaleza para que el alma trascienda en su contemplación.
Enhorabuena; sé que eres un reconocido poeta,pero quiero unir mi sencillo reconocimiento al de tantos otros.
Un abrazo.
Es un poema muy bello, muy bien construido, impresionante por su paisaje interior... No soy una experta, pero la belleza unida a la poesía destaca sin tarjetas de presentación...
Ahora viene cuando buscaré, eledendo, por aquí más poemas tuyos, que creo que los hay