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Círculo

Romuald MartinRomuald Martin Pedro Abad s.XII
editado febrero 2014 en Otros
No sé si alguien pueda llegar hasta el final de este texto que esta basado en un guión para un corto experimental de hace unos cuantos años. Esta publicado también en mi sitio (pxcheap.com).

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Cuando Heȟáka Sápa nació, cerca de las márgenes del río Tacéži wakpá y en un día cualquiera del período del “invierno cuando los cuatro cuervos murieron”, no imaginó por un momento lo que su buena estrella (o quizás no tan buena) le depararía para el futuro.

Lo peor no fue la época convulsa que por azar le tocó vivir junto a su pueblo Titunwan, cuando de acuerdo a su propio testimonio murió el árbol sagrado de la nación. Tampoco lo afectó tanto lo que ocurrió a su primo, el famoso guerrero Tȟašúŋke Witkó, y menos aun el que se convirtiera en un famoso wičháša wakȟáŋ, de esos que son muy temidos por ser de los Heyókȟa que siempre llevan a todos la contraria y dominan los relámpagos y los truenos.

En fin, que ni sus heridas en la masacre del Čhaŋkpé Ópi Wakpála ni su viaje junto a Buffalo Bill à la incomprensible Inglaterra fueron eventos que hicieron gran mella en su vida porque lo peor llegó después, con el pasar de los años, cuando comprendió el poder del círculo en todas sus manifestaciones espaciales y temporales. Y deben saber que esto no tuvo nada que ver con la Danza Fantasma del profeta Wovoka, porque en un final esta solo era una mala copia de la danza en círculo tradicional que había estado de moda por muchísimos años.

No, Heȟáka Sápa se acercó al círculo de una manera profunda, contemplándolo como un poder absoluto… universal, y así fue como escribió el poema donde dijo que: “Todo lo que hace el poder del mundo, es hecho en un círculo…”, y luego de enumerar sus múltiples manifestaciones en la naturaleza (la forma del planeta, los remolinos del viento, la luna y las estaciones), llegó à la dimensión humana para afirmar categóricamente que: “La vida de un hombre es un círculo…”.

Pero sin minimizar en lo absoluto la sabiduría y el valor de las conclusiones de Heȟáka Sápa la verdad es que el estudio del poder del círculo comenzó mucho antes, y de acuerdo a lo que quedó grabado en la memoria escrita de este planeta, el culpable fue el viejo Euclides, Euclides de Alejandría, de quien no se sabe mucho, pero por su adicción à la geometría interpretó el círculo como un conglomerado de puntos conviviendo en un mismo plano y à la misma distancia de otro punto muy diferente (quizás hasta más importante) al que bautizó como “el centro”.

Pero sin que el famoso matemático griego lo pudiera imaginar, con la aparición del “centro” salieron à la luz graves problemas relacionados con la obsesión humana de colocarse tan cerca de este como sea posible y a cualquier precio. De esta manera comenzaron los juegos, rejuegos y requetejuegos con los círculos, donde algunos uniendo tres crearon tríadas que luego emparentaron con la divina trinidad, mientras otros solo necesitaron dos para llegar al mismo concepto, como fue el caso de la “vesica piscis”, y unos terceros, que vivían en lejanos horizontes, de dos círculos formaron medialunas, mientras los chinos, siempre diligentes, lograron encerrar las inquietas energías del Yin y el Yang con un solo círculo.

Y qué decir de cuando la figurilla geométrica se aventuró a explorar otros caminos místicos y sobrenaturales ¿Por qué el dios babilonio Marduk se obsesionaba con los círculos para decorar su ropa? ¿Y cuál es el gran misterio de las formas circulares que en los monumentos paganos siempre resultó entre las favoritas para llamar la atención de los poderosos seres que residen en los pisos superiores?

No hay dudas de que el círculo fue una de las grades estrellas de todas las épocas e incluso en la modernidad la obsesiva fascinación continua, como pueden atestiguar los diferentes grupos sociales que aun viven bajo su sombra (por ejemplo: anarquistas y pacifistas).

Y fíjense que tampoco fue un extraño à la biología, pues aparte de estar emparentado con muchos organismos a escala celular sucede que nuestro cerebro también prefiere alimentarse a través de una ruta circular (el llamado Círculo de Willis), y la representación gráfica de los sexos tampoco los dejo fuera al apostar por el escudo y la lanza de Martes y para las divas preferir el espejo de Venus.

Ni que decir de las artes, donde ni el talentoso Leonardo escapó a su influencia y magnetismo. ¿No lo creen? Entonces, ¿Qué hay con el Vitruvian man? esa obra que creó después de disfrutar en un domingo de ocio el famoso best seller: “De Architectura” escrito por Marcus Vitruvius Pollio, quien, si quieren saber un chisme, también sirvió como militar en las ballestas del ejército romano.

Pero el círculo también tiene un lado muy negativo (si es que un círculo puede tener lados), que se manifiesta cuando le da por andar con malas amistades, tales como las conductas destructivas repetitivas (esas que son usuales cuando quedamos atrapados por ideas estúpidas y megalómanas, de esas que causan guerras, muertes y sufrimientos).

En estos casos terminamos enfrascados en devorarnos a nosotros mismos, como se dice ocurría con el famoso Ouroboros que, de acuerdo a Platón, ni siquiera necesitaba ojos ni oídos porque fuera de él no existía nada digno de su atención. Todo un fenómeno característico de la psicología humana que no podía pasar inadvertido a Jung y quizás también explica por qué un círculo funcionó para los discordianistas en su perenne veneración de la diosa de la discordia.

Nietzsche por su lado llegó mucho más lejos, visualizando en un círculo al mismísimo tiempo, y así podríamos concluir que con cada revolución de la existencia la historia disfruta repetirse y que lo único que cambia son los protagonistas en el estrado. Y vean que de solo jugar con estas ideas tan fatalistas uno no puede evitar la tentación de tomarse el próximo vuelo a Utopía, pero como todos sabemos ya los tickets para ese destino han sido vendidos.

Pero para ser justos no debemos culpar de todo a nuestro noble (y a veces hasta ingenuo) círculo, porque también de él aparece la inmaculada “Pi”, que se santi#fica en las proporciones áureas, luego evoluciona en las dimensiones de la esfera, y cuando decide viajar a través de diferentes planos se transforma en magnificente espiral.

Y en este punto la “rueda” de esta entrada “ha dado la vuelta completa” (como diría el amigo Shakespeare) y hasta el mismo Euclides nos miraría sorprendido por tantas racionalizaciones y alucinaciones incompetentes girando alrededor de un simple elemento geométrico, y este, es el preciso momento cuando Heȟáka Sápa, como gran conocedor de los misterios del círculo, podría acudir en nuestra ayuda con una respuesta sencilla y natural para tantas dudas e interrogantes:

“…eso es porque el poder del mundo siempre trabaja en círculos, y todo, todo trata de ser redondo.”

Notas aclaratorias:

Heȟáka Sápa: Alce Negro fue un famoso holy man (hombre santo, líder espiritual y curandero) de los Oglala Lakota (Sioux). Fragmentos de su poema “Circle” fueron utilizados en esta entrada.

Tacéži wakpá: Es un tributario del Rio Yellowstone que fluye desde el norte del estado de Wyoming hasta Montana.

Tȟašúŋke Witkó: Conocido como “Caballo Loco” fue un famoso líder militar de los Oglala Lakota.

Heyókȟa: Es un espíritu tramposo que era siempre evitado por los indios Lakotas.

Titunwan: Literalmente significa “habitantes de las praderas” y era uno de los nombres de los Lakota o Teton Sioux.

Wičháša wakȟáŋ: Hombre santo o curandero.

Čhaŋkpé Ópi Wakpála: Nombre Lakota del riachuelo conocido como Wounded Knee (“Rodilla herida”) y que es un tributario del Río Blanco en el estado de Dakota del Sur.

Wovoka: Fue un líder religioso de los Paiute que también fue conocido como Jack Wilson.

Wakȟáŋ Tȟáŋka (“Wankan Tankan”): Gran Misterio, a veces traducido como “Gran Espíritu”.
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