No podía dejar de mirar a Josep, el novio de mi hermana. Alto, moreno y con unos profundos ojos negros, cada vez que iba en busca de ella a casa me ponía nerviosa.
Si bien yo era mayor como por 5 años y estaba casada hace dos, con un pequeño hijo, aquel muchacho me provocaba miles de sensaciones. Su masculinidad y cuerpo tan bien formado me hacian tartamudear cada vez que cruzábamos alguna palabra. Mi única defensa fué convertirme en una pesada con él, algo que para Alexa y Josep nunca fueron un impedimento para seguir viéndose en casa. Más de alguna vez había sentido la culpa de haberhecho el amor con mi marido pensando en novio de Alexa, debo reconocerlo.
Aquella tarde Alexa lo esperaba. Se supone que estarían solos, pero yo me había quedado escondida en una habitación contigua a la de ella, enviando a mi marido con mi hijo a comprar bien lejos. Tendrían por lo menos dos horas para ellos solos, como nunca en casa. Y yo estaba ahí para poder observarlo todo.
Escuché los apasionados besos y sus pasos al subir por las escaleras, luego la puerta que se abría y el pestillo que se cerraba por dentro. Mi hermana estaba a punto de convertirse en mujer.
Me dirigí muy lentamente al balcón que daba a su ventana. Desde allí alcanzaba a verlos. Estaban sentados en la cama. Me sentía culpable de estar espiándolos, pero era inevitable, estaba muy cachonda al saber que podría contemplar lo que iba a suceder.
Era la primera vez de mi hermana. Ella misma me lo había confesado unos días antes. No se porqué me molesté tanto con ella cuando me contó que Josep ya quería que se acostaran. Ahora entiendo que era envidia, quizás. Por lo menos pude recomendarle que usara protección, era mi consuelo.
El novio de Alexa le retiró su falda y las braguitas. Empezé a sentir como yo misma me humedecía. Separó sus piernas y su boca empezó a escrutar la entrepierna de Alexa, perdiéndose en su pequeño bosque. Mi hermana gemía de placer, mientras yo me exitaba ante aquel espectáculo sexual, y no podía evitar acariciarme con un dedo por el borde de mi gruta acalorada. Sentía que le robaba su intimidad a mi hermana al estar espiándola, pero no había vuelta atrás.
Luego el muchacho se acomodó sobre ella para hundirse hasta lo más íntimo de su cuerpo, mientras yo los veía embelezada, deleítándome de la maravillosa visión de dos jóvenes haciendo el amor por vez primera, a la vez que mis dedos se introducían furiosos en mis concavidades dilatadas.
Continuaron saciándose uno de otro por varios minutos. Sus cuerpos inexpertos parecían fundirse en el fuego del placer carnal, descubriendo el sabor del sexo. Envidié a mi hermana en esos momentos, como ella podía estar debutando con aquel semental que la deseaba. Pero pude apagar ese sentimiento poco fraterno para con Alexa, apenas obtuve esa gran corrida con mis dedos, imaginándome que era yo a quien ese macho se la follaba en forma tan exquisita.
Bienvenida al mundo del sexo, querida hermana mía.
Comentarios
Mi sentido de la concordancia numérica hace ruido.
Barra espaciadora + "el"
"C"
Tienes que escoger una sola tilde es duro, lo sé.
"S"
Entre otras cosas.