Una isla verde
Ahora, cuando te recuerdo, me imagino una isla de gran verdor, bañada por la niebla del amanecer. A su alrededor las rocas liberan la arboleda, que se deja mecer por la brisa del mar. ¡Ah, como si pudiese notar el sal sobre mis labios, como si pudiese recordar la piel de los tuyos! En alguna esquina de este lugar ha de existir un bardo, que canta a la belleza inalcanzable, a los arroyos, a las mujeres que son quimeras. Y de su laúd brotará harmoniosa, una figura etérea, danzando.
Y entonces, como en uno de tus abrazos, el pueblo se levanta, con brebajes derramándose sobre sus manos, en un jolgorio inconcebible. El acordeón se estira, irguiéndose de un largo sueño, y el violín parece avivar las llamas de cien hogueras. Oh...y amor es lo que sienten, por las estrofas que nacen, del lenguaje más hermoso, sílabas de piedra musgosa y lagos cristalinos.
¿Danzarás también tú, quizás conmigo? Te tiendo ya ahora mi cuerpo entero, para que el vaivén nos lleve por las profundidades del bosque, a las cuevas de Gael; y mientras nuestra alegría brote en un manantial de palabra alegra, la costa se acercará, para que las olas nos despierten con el tacto de la espuma.
Comentarios
Este texto lo veo más como prosa poética que como narración. ¿Viste que existe un subforo en Poesía para este tipo de escritos?.Te lo digo por si no te diste cuenta, ya que creo que eres bastante nueva en el foro.
Saludos cordiales.