Si el escritor tiene su particular cocina, en la cual guisa los textos, los condimenta bien, es de suponer que el lector tendrá un comedor donde degustar tan excelentes platos. Supongo que todos tenemos nuestras pequeñas manías, costumbres, hábitos a la hora de ponernos a leer. No es sólo un lugar o un momento del día. Yo tengo que tener a mano papel y lápiz, aunque tal vez no los use, para anotar cosas que luego consultar, frases que me gustaron, ideas en la que profundizar... Busco el silencio, con lo cual suelo leer de noche, porque además suelo leer junto a una ventana que da a la calle, y los ruidos habituales del vecindario durante el día no me lo permitirían. Una silla cómoda en ese rincón del salón, frente a la estantería. Nunca tomo un libro que en ese momento no pe apetezca leer, aunque tenga libros empezados. Me guío por lo que en ese momento "me llama", lo haya leído cien veces, ninguna o esté a medias, pero tiene que apetecerme eso. Tengo tantos marcadores de página como libros, pues nunca me deshago ni de los más insignificantes y vulgares. Cuando el libro me parece especial por algún motivo (por ejemplo llevar mucho tiempo deseando leerlo) utilizo uno de los tres marcadores metálicos que tengo. No puedo leer en la cama. Antes lo hacía, pero ahorita, en cuanto mi cuerpo roza las sábanas cae rendido. Tampoco suelo leer con música.
¿Cómo hacen los demás?
Comentarios
Normalmente intento hacer una síntesis de todas las novelas que escribo, temas principales, personajes, narrador, clasificación y un largo etc. (recopilo para realizar un informe de lectura). Luego anoto aparte acotaciones de diálogos y palabras rebuscadas para crear mi propio diccionario. En fin, cuando leo es todo un poema.
Cuando no estoy en mi despacho-cocina, leo en la piscina, en la playa, o en cualquier otro lugar. No puedo leer mientras estoy de viaje, ni en avion, tren, barco, etc., me resulta imposible, necesito estar sentado, bien sentado y tranquilo, y si es posible con mi libreta al lado.
En fin, eso es más o menos.
Un saludo
Yo tengo una hora de viaje en tren todos los dias..(1-de ida y otra de vuelta)y me viene barbaro para leer, escribir, corregir..; el paisaje que es el mismo pero distinto...me seduce.., a pesar del ruido de la gente.
Cuando me voy a acostar siempre lo hago con un libro...pero confieso..., que mas de una vez me he quedado dormida con el libro en la mano y continuandolo en mis sueños.
un abrazote,
Solo hay dos lugares dónde nunca, nunca leo. En el baño, jamás. En el coche mientras circula, me mareo, igual que en barco.
Cuando leo me pierdo entre las hojas del libro. Me aislo casi al 100 x 100. Leo mucho menos de lo que me gustaría. Por eso no pierdo momento ni lugar.
Un abrazo.
Pero imagínate lo que es llevar una casa de cuatro personas, mi marido, dos hijos veinteañeros y yo, cinco animales maravillosos, y tropecientasmil plantas. Entre compras, cocina, limpiezas, lavadoras, planchas, administración, médicos, enfermería, psicología, mediadora, peluquera, asesora de imagen, agencia de viajes... en fin, que no te aburro. Lo de la mayoría de las amas de casa dedicadas casi en cuerpo y alma a la familia. Solo hace un año que no trabajo, y esto es toda una experiencia. Antes hacía lo mismo pero con ocho horas menos. Ahora comprendes porqué necesito buscarme las vueltas para leer?
Quiero disfrutar de mi vida familiar, pero también necesito disfrutar de mis libros.
Un afectuoso saludo a todos, principalmente a las amas de casa que me lean. Algún día podríamos tocar este tema tan interesante.
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También me he comprado una cheslonge, (o como se escriba), que puesta debajo de una ventana de la buhardilla me hace igualmente leer encantada en ese sitio tan cálido.
O sea, todo un placer leer, al igual que entrar en este Comedor.
Saludos.