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Las cosas que se pierden

AguasAguas Gonzalo de Berceo s.XIII
editado enero 2008 en Literatura
Las cosas que se pierden


Paseando hoy me he visto con un amigo que dice haber encontrado lo que buscaba, y me ha hecho gracia, o al menos una sonrisa envidiosa ha salido de mi, porque a mi nunca me pasa eso, es suficiente que busque algo para no encontrarlo ¿Nunca les ha pasado? Cuando necesitas una regla, ya puedes desesperarte, mover cajones y muebles enteros que la regla no va a aparecer. Eso sí, a los dos días cuando ya no la necesitas para nada y es un trasto más en la habitación la encuentras y te dices "mira donde estaba la jodía", así que le buscas un sitio, y piensas "aquí encima de la cama estará bien", sin percatarte que cuando vayas a dormir bien cansado la apartes de un manotazo, caiga al suelo y de buena mañana tu madre la encuentre y la esconda en ese sitio en el que tu jamás mirarías para buscar una regla, porque las madres siempre hacen esto, piensan "¿donde puedo esconder la regla para que no la encuentre? Ya sé, en el cajón de la muda limpia que ahí nunca mira". Luego también hay veces que uno mismo quiere esconder algo para que los demás no lo vean, yo por ejemplo tenía las cartas de mi novia, y para que nadie más pudiera dar con ellas, creé un espacio secreto que nadie imaginaría, por ejemplo en el espacio que se produce entre dos cajones, pero no dos cajones cualquiera, esos cajones son encima los que nunca se abren y poniendo un poco de papel de aluminio que sujete bien las cartas y haya que poner ligeramente los dedos para que ceda y coger las hojas. Ese sitio es tan insospechado que ni uno mismo cuando las quiere leer sabe donde las dejó, y mira por el escritorio, entre los libros, incluso abre a la fuerza ese cajón que muchos tenemos con un cerrojo y la llave a saber donde, seguro que con las cartas, pero ahí no está, y encima te has cargado el mueble. Shh no hay que alarmarse, seguro que de aquí dos años cuando haya que cambiar de muebles viene tu tío el mañoso con tu padre que le sujeta los tornillos y desmontando los cajones cae el papel de plata con las hojas de tu ex, claro al final te dejó porque no le respondiste la última carta, pero eso no es lo peor, lo peor es cuando llegas contento de pasar la tarde con tus amigos y te dice tu madre con una sonrisa de oreja a oreja "¿Con quien has estado?" mientras de fondo se oye a tu tío que descansa con tu padre tomando un café "uiuiui yo sí que lo sé". Tú no entiendes nada, y cuando tu madre te enseña las cartas delante de todos, te quedas rojo como un tomate. Hasta tu vecina del quinto lo sabe, que luego te ve en la escalera y pregunta "¿Qué tal con la novia?" que te dan ganas de quemarle la casa a ella y a tu madre. Así que aquí estoy, sin casa y con una madre que me odia, pero por lo menos ya no pierdo lo que tengo, porque ya no tengo nada.


Valdo Taberner Aguas
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