¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Déborah y Nicholai - Óxido. (Capítulo VIII)

KarenVKarenV Fernando de Rojas s.XV
editado diciembre 2012 en Ciencia Ficción
Después de nuestra visita al Planeta Kalei y dejar al Capitán Jack, volvimos a casa. La Tierra. Como ya le dije a la misteriosa mujer de los Fortunas, tuve que realizar toda la operación que le expliqué para que Déborah pudiera llorar y soñar. Al menos, Nicholai me sirvió de auxiliar. Tuve especialmente cuidado a la hora de la cuestión onírica, ya que debía toquetear dentro de su cráneo donde se hallaba (no toda) pero parcialmente la actividad energética de la gólem. Cuando terminé me encargué de las cuencas de los ojos, pero para ese "trabajillo" anduve más tranquila.

Al día siguiente, después de haber "dormido" Déborah intentó definirme entusiasmada un sueño. Yo tuve que fingir sorpresa y exclamación ante una visión que conocía perfectamente. Recuerde que los sueños se los fabrico yo. Soy una "Guardián de Sueños" -risas- No me malinterprete, todo este asunto me traen viejos recuerdos. Si él supiera... que todo lo que decía se ha hecho verdad de una forma u otra.

...Pero ésa es otra historia, y me temo que si debe ser pronunciada, será otro día.

Poco tiempo después mientras paseábamos por la ciudad hacia un taller donde venden buenas herramientas, Déborah se paró ante un escaparate.

-Es una tienda de Arte.- dije.
-¿Qué es eso? ¿Puedo pintar en él?
-Se llama lienzo y... ah, ya comprendo.

Como podrá imaginar le compré unos cuantos lienzos, pinceles y óleo para que pudiera pintar. Antes de que yo le preguntara nada, dijo:

-Es para pintar lo que sueño.
-¿Cómo Dalí?
-¿Y ese quién es? No le conozco. ¿Sale por los pubs que yo?
-Eh, no, y me parece que conocerle, no le vas a conocer...
-¿Por qué? Qué tío más antipático.

Retomaré la conversación sobre Dalí en otro momento. Cuando Déborah esté bien informada y pueda seguirme la conversación.

-Lo que digo -prosiguió ella- es que me cuesta demasiado explicar mis sueños. Pienso que es mejor que puedas verlos.

Déborah, la torpe y tosca Déborah. La impulsiva, frágil y atolondrada. A veces parecía idiota, y otras decía -a su manera- sabidurías.

-Tienes toda la razón. Es muy difícil explicar la abstracción con palabras banales.

Y me sonrió porque la había entendido.

Al día siguiente estrenó sus materiales de pintura. Cuando acabó me llamó y me asomé a mirar. ¿A que no adivina que pintó? Un cielo estrellado surcado por relámpagos de diversos colores.

-¿No es lo más bonito que has visto en toda tu vida? -preguntó
-Sí, sí que lo es. Te envidio.

Llamó a Nicholai y le pidió su opinión al respecto. Nicholai se encogió de hombros y me miró buscando una respuesta que decir. Yo negué con la cabeza para explicarle que no iba a ordenárselo. Pero el droide no lo comprendió y me imitó. Negó con la cabeza. Déborah se sintió muy ofendida. De la misma frustración, en aquel momento, estrenó sus lágrimas. Como de costumbre, salió corriendo y pegó un portazo.

No apareció en toda la noche.

A la mañana siguiente llegó mientras desayunaba. Lucía una amplia sonrisa. Pasó por el lado de Nicholai apenas sin mirarle y se sentó frente a mí.

-He conocido a un chico. -ella hablaba mientras yo masticaba una tostada- Es diferente a los demás. No ha intentado acostarse conmigo. Hemos hablado de muchas cosas. De cine, de arte, de música. También he aprendido algo nuevo: "Filosofía". Es muy interesante, pero algo complicada. Es más o igual de atractivo que Nicholai. Me gusta mucho.

-Sólo le conoces de un día, ¿ya estás tan segura?

-¡Es mejor que estar enamorada de una Chatarra! -desvía la mirada hacia Nicholai apretando los dientes.

-Tal vez. -Acerqué mi taza de café y bebí un sorbo después de tal contestación que no decía Nada.

Esa misma noche, Déborah salió con el supuesto chico encantador. Yo fui al trastero con la intención de ordenarlo un poco cuando me encontré de narices con una de las espinitas que tenía clavada en el corazón. Mi guitarra.
La pobre tenía las cuerdas oxidadas, pero su pintura verde seguía intacta en perfecto estado. Verdina. Qué recuerdos. Aunque me avergüenza confesar que sólo me aprendí unos acordes. Al final dejé de lado el trastero y me concentré en la guitarra. Estuve tocando hasta que Déborah llegó. Advertí que tenía las mejillas mojadas, así que no le pedí explicaciones de absolutamente nada. Ya recuerda su manía de hablar poco cuando debemos interpretar que está triste.

-¿Te gusta? -inquirí- Es una guitarra electro-acústica.
-¿Podrías enseñarme a tocar algo con ella?
-Claro, pero yo no sé mucho, la verdad.

Le enseñé lo poco que sabía y los días siguientes ella se apoderó de la guitarra. Pero eso no fue lo único que hizo. Por desgracia... La semana siguiente, advertí que cogía latas de aceite orgánico del almacén. Por las noches, bebía tres o cuatro seguidas mientras tocaba la guitarra. Usted no lo comprende, cuando circula demasiado aceite orgánico, el sistema no es capaz de adherirlo todo y causa el mismo efecto que pudiera causar el alcohol. Así estuvo más de una semana sin parar. Un día me pareció que ya era suficiente. Ella tocaba un Blues muy triste. Había aprendido a tocar lo que yo y más. Y pensará "Para un droide será algo chupado". Pues no. Es verdad que la música es matemática en parte, pero hay más. Tiene que ser tocada con alma y espíritu. Si yo le dijera a Nicholai que tocara, lo haría de una forma perfecta y limpia. Pero probablemente no transmitiría nada porque no tendría chispa. Y ya no hablemos de la improvisación...

-Bebes demasiado, Déborah, no es bueno para ti. ¿Quieres que se te oxiden los tornillos?

-Qué más me dará unos tornillos o el esqueleto que soporta mi cuerpo. ¿Qué más me dará si el corazón se oxidó?

-No hables así...

-Estoy cansada de ser un coño. -atajó, de repente. Nunca la había oído decir esa palabra. Jamás. Abrí mucho los ojos.- Antes estaba agusto porque era lo que yo quería. Lo que buscaba. No me importaba porque yo no esperaba más de los hombres. -suspiró- pero esta vez yo quería algo distinto. Conversar, ir al cine... No sé, algo que no acabara en penetración a las dos horas.

Por lo visto aquel energúmeno la endulzó con palabras tiernas hasta que se acostó con ella. No volvió a llamar más.

-En ocasiones el pulso se me acelera, la boca se me reseca, me duele el pecho y noto como mi bilis se revuelve. Me imagino mis vísceras de un color azul-violáceas moviéndose en mi interior. Entonces me cuesta respirar, hiperventilo y pienso "Ha llegado la hora de morir". ¿Te ha pasado alguna vez?

-Déborah... Tu más que nadie mereces ser un "Alguien" y no un "algo".

Me devolvió las latas y la guitarra y me dijo que se marchaba a dormir. Debo suponer que va a dejar la fea costumbre. Me alegro. Me tenía preocupada. Espero que las cosas vuelvan a la normalidad. Y si no vuelve a tener sexo con hombres anónimos -que esto realmente no importa ni empezará a importar nunca- vuelva a recuperar ese rubor en las mejillas, sus preguntas estúpidas y esa energía que siempre la han caracterizado. Esas ganas de vivir.

Nicholai posó su brazo sobre mi hombro y sus ojos desprendieron un pequeño centelleo. Por entonces no supe descifrarlo.

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII

Comentarios

  • WoodedWooded Garcilaso de la Vega XVI
    editado noviembre 2012
    Volver a la normalidad dice V casi al final.
    Humm un centelleo, la que se viene...


    Aun sigue siendo Deborah quien me compro.
    (digan lo que digan Ud. y Dragon).
  • KarenVKarenV Fernando de Rojas s.XV
    editado noviembre 2012
    Si yo le dijera...
  • EduArdoREduArdoR San juan de la Cruz XVI
    editado diciembre 2012
    Muy bien esta parte también :) Me ha gustado, seguiré abonado a esta serie ;)

    ¿Cómo es eso de que "es diferente a los demás, no ha intentando acostarse conmigo"? :rolleyes: jaja Muy gracioso en cualquier caso :D ¡Seguiré leyendo!

    Voy a hacerte una pequeña crítica, que hace que esté perdido en muchos momentos. Se trata de un relato futurista en el que se hacen viajes interespaciales, por ello, a veces, me siento perdido por donde andan, así como no sé si su mundo es la Tierra o si pasan la mayor parte del tiempo en su hogar... ¡Qué sepa Dios donde esté! :confused:
  • KarenVKarenV Fernando de Rojas s.XV
    editado diciembre 2012
    EduArdoR escribió : »
    Muy bien esta parte también :) Me ha gustado, seguiré abonado a esta serie ;)

    ¿Cómo es eso de que "es diferente a los demás, no ha intentando acostarse conmigo"? :rolleyes: jaja Muy gracioso en cualquier caso :D ¡Seguiré leyendo!

    Voy a hacerte una pequeña crítica, que hace que esté perdido en muchos momentos. Se trata de un relato futurista en el que se hacen viajes interespaciales, por ello, a veces, me siento perdido por donde andan, así como no sé si su mundo es la Tierra o si pasan la mayor parte del tiempo en su hogar... ¡Qué sepa Dios donde esté! :confused:

    "Futurista" , se supone que transcurre dentro de unos años, pero no muy lejano. Sí, sí. El hogar está en el Planeta Tierra. Es más, puedes situarlos en España si quieres. Lo dejo al gusto.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com