La vida es maravillosa o terrible, según cómo se diga, cómo se llame a lo que sucede a todas horas y en todas partes, a lo visible y a lo invisible, a lo palpado y a lo soñado. Son los nombres los que definen lo que enuncian y no al contrario. Una acertada combinación de palabras ennoblece un asesinato o ridiculiza una heroicidad. Las palabras pueden devolver la vida, quitarla, enmudecerla de miedo. El silencio es un vocablo más que susurra en el viento, que se desliza en las gotas de lluvia o se precipita por un barranco.
Los artistas no describen la belleza; la inventan en su imaginación y la transforman lo mejor que saben, engatusando con sus obras a otros soñadores. La palabra es la única divinidad en la que creo, la única capaz de transformarlo todo; la poesía es un órgano que respira durante el sueño; la prosa, un corazón que, palpitando, nos ilumina.
Un faro, una pirámide, una escalera, una gruta… imágenes invisibles se agolpan en mi mente y reclaman su espacio. Tal vez encuentre en este mundo, algún día, un resquicio en el que meterme.
Comentarios
Me encantó tu homenaje a las palabras. Esa frase tuya me recuerda a una que escuché en la película V de Vendetta. A ver qué te parece: "Las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo cobre significado, y si se escuchan, enuncian la verdad".
Y en cuanto a tu definición del silencio, me parece magistral.
Hermosa composición, sigue así y seguro que tanto tú como tus palabras encontrarán su lugar en el mundo .
Saludos.
¡Saludos!