Hace unas cuantas noches, tuve la necesidad de escribir esto al comenzar a leer por tercera o cuarta vez el libro de Hesse.
"Leer el Lobo estepario logra desgarrar mi clímax mental; esa calma se ve codeada, con el codo instándola a dejar correr la mente, correr y activarse.
Pero la aparente corrida termina siendo cíclica, como quien corre a su hogar sin notar que está dentro de una rueda invisible clavada al piso.
Luego la invisibilidad de la rueda se va tornando visible, su materia y forman son concientizadas, pero muy resistentes para poder evadirla.
La inútil solución es amainar poco a poco la marcha, hasta que se transforma en una cansina caminata, que acaba en reposo, en vez de simplemente voltear hacia un costado, cambiar de perspectiva, y dejar atrás la rueda..."
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Saludos