Quemas bajo el sol de enero y el levante de agosto. Me asusta despertar empapada de tu olor y borracha de sentimientos, pero si no te toco los días se encogen y la rutina convierte en plomo mis piernas. La nada que nos rodea, la nada que solo es tuya y mía, sólo existe tras los párpados cerrados y las manos ciegas. Me doy miedo al verme en tus ojos, me da miedo el calor y la luz atrapada en mi vientre. Las líneas olvidadas de las últimas noches me arrojan una y otra vez a un principio del que no salgo. Si el amor es esto, jamás abriré los ojos.
Comentarios
enhorabuena POLI.
Marta, me alegro de encontrarte aqui después de un tiempo .