Entonces- explicó a su compañero de asiento, que había despertado- una explosión extraña... Desde aquí arriba se vio en detalle: una especie de agujero enorme tragó su envoltorio y la tierra desapareció, no dejando más que algunos fragmentos de roca. Y nosotros, aquí, en el aire, dando vueltas mientras quede combustible, pensando qué hemos de hacer, porque este avión- añadió- ya no puede aterrizar en ninguna parte.
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