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Diario de un habitante 0.2

melquiadesmelquiades Pedro Abad s.XII
editado abril 2008 en Ensayo
Las malas influencias

Esta noche me he tomado unos mates con House.



No me he podido resistir y en un momento de arrebato le he espetado que era un capullo insensible. El ha puesto su cara de, “¿Qué has dicho?”,y me ha largado que desde que he dejado el ron para escribir soy un jodido gilipollas. No he podido por menos que fintar y contraatacar con uno de mis golpes más bajos: “prefiero ser un jodido gilipollas que un arrogante ególatra frustrado que se esconde detrás de las drogas”.

Su respuesta ha sido un golpe casi definitivo: “al menos yo soy de verdad”.



Un mito se construye sobre la base de una verdad exagerada de tal manera que cuando nuestra imaginación deja de trabajar sobre ella solo nos deja la perspectiva de la caricatura. El agrandado tamaño de esta, el mito en sí mismo, oculta tras su perfecta apariencia esa verdad, relativamente extraña en su certeza, y nos impide identificarnos con otra cosa que no sean las supuestas “virtudes” que hemos atribuido al ídolo que hemos creado.



Es evidente que ni House es “real” ni yo voy a ir cojeando mi ego herido por la vida mientras me achicharro el hígado con ron para poder exprimir unas pocas letras que desfoguen mis insatisfechos anhelos de paz interior y equilibrio emocional (del económico prefiero hablar en otro momento en el que haya digerido la ultima subida de la letra de mi hipoteca). ¿Por qué, pues, este tío chulo y fanfarrón, excesivamente creído de sí mismo y jodidamente genial en su locura me fascina hasta el extremo de dejarme sin horas de sueño por contemplar su ejercicio de autodestrucción tanto física como social?.



Quizás la autocomplacencia sea tan enemiga del ego como el afán autodestructivo, y ambas reacciones respondan a una necesidad de demostrar que somos tan capaces de matarnos como de resucitarnos.



Pero ante esta reflexión a bote pronto me surge espontánea una pregunta: ¿Alguien esta libre de haber sentido el gusanillo del miedo al mirarse a sí mismo y contemplar los inmensos abismos vacíos que quedan entre llano y llano en nuestro interior?.



La búsqueda del equilibrio, como todas las búsquedas, esta abocada al fracaso si no somos capaces de absorber las experiencias que la propia búsqueda nos va regalando ya que al final, cuando agotados de no conseguir encontrar lo que queremos nos dejamos caer exhaustos, es cuando nos damos cuenta de que estas son lo que buscábamos.



Quizás no sea yo un esquizoide drogadicto como House, pero no puedo sentirme orgulloso de mi cobardía frente a mí mismo, y en cualquier caso no puedo dejar de justificar la cobardía de otro en su escudo cuando al dejar caer el mío me siento tan absolutamente vulnerable que el miedo me paraliza.



Siempre utilizamos barreras contra la realidad y como dice fito “la realidad son trozos de cristal que al final hay que pasar descalzo”. Nadie se escapa de que le sangren los pies, pero el tener un refugio no debe suponer que este sea defensivo, mas bien ha de ser curativo.



“Yo estoy bien aquí, en mi nube azul todo es como yo lo he inventado”



¿Por qué entonces no somos capaces de dejar que la jodida armadura se vaya desherrumbrando hasta desprenderse?. ¿Qué es tan hermoso en una dependencia que nos aparta de nosotros mismos?. ¿Realmente el ego puede sobrevivir encerrado en una costra de ironía, sarcasmo, autosuficiencia y orgullo?. ¿No será que este es su hábitat natural y que nunca nadie es el mismo sin la necesidad de protegerse?.



Os seré sincero, me salto toda la parte de cada capitulo que no analiza la personalidad de House en el afán de encontrar alguna respuesta a la fascinación que ejerce este personaje sobre mí. Y lo hago en la absurda seguridad de que ahí encontrare respuesta a muchas de mis preguntas y sobre todo en la certeza de que encontrare mas preguntas que me hagan avanzar.

Comentarios

  • mariaelenamariaelena Francisco de Quevedo s. XVII
    editado abril 2008
    wow..Melqui...creo que esta vez, has logrado clavarme varios cuchillos.


    “Yo estoy bien aquí, en mi nube azul todo es como yo lo he inventado”




    Sabes por ahi...me critican(critica constructiva.., y la acepto con gusto..porque me siento segura con esta linda gente del sitio)que cuando leo un texto...tomo demasiado en serio cada frase, debato, lanzo mis detalles a los protagonistas..tal vez imagino o analizo demasiado el interior de sus actos.
    Pero sabes... esas copas de ron... que sujetas y te fortifican para escribir, para preguntar tan dificilmente tienen la respuesta de una sola persona..., esa que llenara tus anhelos y te dara la paz interior.

    Necesito leer de nuevo tu relato, luego la sigo.

    un abrazo,
  • melquiadesmelquiades Pedro Abad s.XII
    editado abril 2008
    mariaelena escribió : »

    esas copas de ron... que sujetas y te fortifican para escribir, para preguntar tan dificilmente tienen la respuesta de una sola persona..., esa que llenara tus anhelos y te dara la paz interior.

    un abrazo,

    Primero te dire algo sobre esta afirmacion tan temeraria que lanzas. No puede existir respuesta a nada en el alcohol, ni en las drogas... de hecho no existe, te lo aseguro por experiencia.

    Luego voy a permitirme un lujo que hacia tiempo no me permitia, el de alegrarme. Y no creas que eso es algo facil de conseguir, mas bien ya habia casi olvidado lo que se sentia... bueno, que desbarro. Me voy a permitir alegrarme por tu frase inicial del comentario "wow..Melqui...creo que esta vez, has logrado clavarme varios cuchillos."

    Normalmente, cuando escribes algo, y mas si es tan personal como este texto, vas buscando la reaccion del lector... "clavarle algun cuchillo" en tu lenguaje. En este caso la satisfaccion es doble ya que es un texto escrito desde mi interior para ti. No es el primero que te hago, pero si es el primero en el que "te he clavado cuchillos" y eso me produce un placer indescriptible.

    La proxima vez que mire a House a los ojos brindaremos, el con bicodina y yo con ron, a la salud de esos pensamientos puntiagudos que te hemos provocado.

    Un saludo
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